En las manos con la rosa negra me encontró,
con una mirada triste y dudosa me las entrego,
expresiones flotando en el aire,
tantas palabras por decir, y pocas cosas que pronunciar,
el silencio rodeaba la escena tan cercana y distante a la vez.
Palaras sin sentidos, recuerdos olvidados,
ganas aflorando la piel muriendo en el intento,
rosas negras cada una un mes,
de minutos incomprendidos,
de palabras dichas sin pensar,
momentos que no volverán,
ilusiones aplastadas por verdades sin contar,
anhelos perdidos por errores cometidos,
un pétalo más que cae al piso y muere.
Es la rosa negra que me habla hoy de ti,
me cuenta tu historia la que llevas sin mí,
lo que fui, lo que hoy soy, sin sombra ni palabras,
recuerdos que se irán en el viento,
devastador el momento,
que con furia los ojos apuñalaron la historia,
con lagrimas de preguntas sin respuestas,
el ¿porque? queda inerte y el silencio del sonido sin sentido.
Rosa negra que parece el amor del dolor,
que parece escribir en el tiempo las rizas ya gastadas,
los besos perdidos,
las caricias desteñidas como el recuerdo,
el contexto del texto sin escribir,
el argumento indefinido sin contar,
fotografías que cambian de marco y de lugar,
trasfondo del panorama sin color.
Son rosas negras cargadas de dolor,
regadas con lagrimas,
diciendo vuelve a mi corazón,
abriendo las puertas del perdón,
ansiando llegar a la razón,
atando el habito de la comprensión,
y deseando apoderar la verdad,
del tiempo transcurrido del ayer,
buscando entender, lo que fue,
lo que es y lo que no será,
vivir el mañana si no estás.
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